Tan volcánico como es el fútbol, dos derrotas a siete meses de concluir el curso pueden ser apocalípticas si se trata de un club con el infinito eco del Real Madrid. Arrecian los diagnósticos más diversos y el volumen llega a ser ensordecedor. Blanco o negro, no se repara en los grises. El apogeo o el ocaso, todo es hiperbólico, todo son enmiendas a la totalidad. Y más cuando no se vislumbra un epicentro claro del desplome. La sintomatología de este Madrid repentinamente fundido apunta a un fallo multiorgánico.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2zsnFDh
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire