Diferentes jugadores. Diferentes equipos. Diferentes ligas. Un mismo festejo. Sin sonrisa de gol, solo con una mirada seria y los brazos en alto, unidos, simulando tener las manos encadenadas. Más que un festejo, un gesto contra la eslcavitud. Un vídeo difundido hace una semana por la CNN que explica como los inmigrantes africanos son vendidos como esclavos en Libia ha despertado la indignación de los futbolistas que ahora celebran sus tantos recordándole al mundo lo que está sucediendo en África.
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