Desde que saltara la noticia de que un poderoso delantero como Lubo Penev, 1,88 metros de altura, sufría cáncer de testículos, han sido muchos los futbolistas (y técnicos) que han sufrido la enfermedad. Y también muchos los que la han superado. El caso del goleador búlgaro, del Valencia, fue sonado, por ser de los primeros. Pasó un año sin jugar. Y volvió para hacer goles. Primero en el Valencia, luego en el Atlético.
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