Ni Atlético ni Real. En el Metropolitano triunfó el Barça, testigo lejano y victorioso de un duelo frustrante para sus actores. Un partido sin altura que evidenció el marchitar de estos días de rojiblancos y madridistas. No fue un encuentro para rebobinar, ni siquiera por el bautizo del derbi en el imponente Wanda. Tan decepcionante fue la noche que el cartel ni siquiera sirvió de espoleta para Cristiano y Griezmann. Una jornada más, fuera de onda los dos. Ninguno sirvió de enganche a los suyos en un choque con curvas para todos, con fases para unos y otros, pero sin que nadie pudiera presumir de un do de pecho o tirar serpentinas. Nadie mereció el aplauso en una cita a la que la intriga evitó el dicho habitual cuando llega el cerocerismo: dos bostezos.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2zSsN0Y
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire