Tal vez porque toda su vida nadó contracorriente, porque desde que empezó a lanzar a canasta todo el mundo le decía que era demasiado bajito para destacar en un deporte como el baloncesto, Isaiah Thomas sigue sorprendiendo a sus compañeros y entrenadores en lo que se ha convertido en un intenso melodrama. Nadie se explica de dónde saca el coraje y la fuerza de voluntad para sobreponerse a la muerte de su hermana Chyna, de 22 años, en un accidente de tráfico el 15 de abril, solo un día antes de que los Celtics empezaran la primera ronda de los ‘playoffs’ contra los Bulls.
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