A sus 23 años, Tatiana Calderón cumplió uno de sus sueños: llegar a la F-1. La piloto colombiana, con doble nacionalidad española gracias a una abuela paterna, firmó el pasado martes un contrato con la escudería Sauber como piloto de desarrollo. Su vinculación con el equipo será más dedicada al marketing que a conducir, porque es muy difícil que entre en el cockpit de uno de los monoplazas de la escudería suiza. A lo máximo que, en principio, puede aspirar es a poder trabajar algún día en el simulador.
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