El Huesca aún festejaba el ascenso a Primera. El Nàstic, por el contrario, luchaba por no descender a la Segunda B. El Alcoraz, con un lleno absoluto, era el escenario de lo que parecía ser una fiesta de fútbol para los azulgranas. Ni la derrota por la mínima pareció afectar los ánimos en la despedida de Rubi, su entrenador. Pero el problema tras el partido no fue el resultado (0-1), sino lo que ocurrió en torno a ese resultado. Durante el partido celebrado el pasado sábado 27 de mayo, se suspendió la cotización de la mayoría de las casas de apuestas porque hubo un movimiento extraño de dinero. Un movimiento extraño viniendo de países como Ucrania. Un movimiento extraño a favor de la victoria del Nàstic, 29 puntos por debajo del equipo aragonés.
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