Con un ejercicio de voluntad y carácter, el líder, Simon Yates superó el día que más temía del Giro, la contrarreloj larga y plana que se desarrolló entre Trento y Rovereto. Yates, que llegó a verbalizar que temía perder hasta tres minutos en los 34 kilómetros ante Tom Dumoulin, el campeón del mundo contrarreloj, cedió finalmente, 1m 15s, Mantiene así la maglia rosa por 56s. Dumoulin, que parece lejos del rodador eficacísimo y paciente que comenzó el Giro imponiéndose en la contrarreloj de Jerusalén, ni siquiera fue capaz de ganar la etapa: terminó tercero, a 22s del australiano Rohan Dennis.
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