En el Senado de Brasil, Romário de Souza Faria (Rio de Janeiro, 51 años) se hizo con el despacho número 11, el dorsal que llevaba como jugador. En esa oficina puede parecer un político más, rigurosamente trajeado y hablando al principio en el lenguaje oficial. Hasta que la conversación entra en terreno futbolístico y aparece el Romário de siempre. Hace unos meses, unas fotos suyas, extremadamente delgado, causaron conmoción en las redes sociales. "Yo mismo quedé sorprendido al ver mi propia imagen. Cuando se trata de Romário, todo alcanza otra proporción y dijeron que tenía sida, cáncer, toda clase de mierdas", recuerda. Lo cierto es que se había sometido a una cirugía experimental para luchar contra la diabetes que le hizo perder 22 kilos. Ahora ha recuperado peso y su aspecto es mucho más saludable.
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