La derrota con el Chelsea fue un golpe duro para el Atlético agravado por el cómo se produjo. El equipo exhibió una inferioridad táctica y técnica desde la cual transmitió impotencia durante casi todo el partido. La metodología de Simeone le lleva, cuando es posible, a aislar las derrotas y a mezclarla con la pura esencia del juego como tal. Con el varapalo del pasado miércoles el técnico ha trazado ese guión para levantar a la tropa.
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