El paso del tiempo ha sido benévolo con Carlos Moyà (Palma de Mallorca, 41 años), que reclama educadamente medio minuto para atender su teléfono móvil antes de conversar. Conserva el mismo porte y el torso robusto de hace una década, como si hubiese dejado de jugar hace dos días en lugar de hace ocho años. Este fin de semana lo hizo en el Club de Tenis Puente Romano de Marbella, donde elevó la segunda edición de la Senior Masters Cup, cónclave de ilustres veteranos.
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