El día de verano de 2010 que Marcos Maynar se presentó a los remeros de Urdaibai, el club de traineras de Bermeo (Vizcaya), les dijo que había inventado una enzima que evitaba que los brazos dolieran, y lo demostró colgándose de una barra y diciendo que podía estar 15 minutos sin sentir nada; también les dijo que no creyeran nada de lo que leyeran de él en Internet, que todo era porque algunos medios de comunicación le querían denigrar, y, para terminar, como mayor prueba de su capacidad, les prometió que si no ganaban la bandera de la Concha, el gran título que todas las traineras ansían, él no cobraría nada. Después, Maynar siguió en una zodiac su entrenamiento y, terminado, les puso a todos varias inyecciones, en la tripa y en los hombros.
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