¿Se puede dormir bajo la lluvia? Si responde el Athletic dirá que sí, que en Alemania sí, incluso bajo el granizo y sobre todo si te acuna un gol marcado a los diez minutos sin más elaboración que un saque de banda (de Balenziaga) y un remate desde fuera del área (de Susaeta). En ese momento, el Athletic estaba clasificado para dieciseisavos y como primero de grupo. Un final feliz para la primera parte del cuento europeo. Pero faltaban muchas páginas para que llegase la hoja blanca que delata el final de la historia. Presionaba bien el Athletic, pero ganaba la pelota con la misma facilidad que la perdía. Ni San José ni Mikel Rico se distinguen por el control del juego ni del balón. Tampoco el Augsburgo era un prodigio de estrategia ni de control. La noche contagió al partido y la oscuridad se apoderó del juego. Y el Athletic se durmió. Apenas se enteró de que Trochowski comenzaba a filtrar pases diagonales, que el lateral Stafylidis arrasaba la banda izquierda y que Baier demostraba una hiperactividad máxima.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1NeHrSh
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire