Casi una década del "no juego más" de Samuel Eto'o. Poco más de año y medio de la estampa de Dani Alves comiéndose un plátano que le lanzaron desde la grada de El Madrigal. Y 12 meses de que Emilio Rentería, futbolista venezolano, quisiera abandonar la liga chilena harto de los insultos. Episodios que han tenido lugar sobre un terreno de juego, pero en los que ha primado el racismo. La UNESCO, que este viernes ha publicado un informe, señala que una parte de la culpa proviene de la corrupción en el seno de los organismos de este deporte. "Las investigaciones señalan que la FIFA y la UEFA carecen de la confianza necesaria del público por su falta de sinceridad de sus dirigentes".
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