“Es una noche jodida. Quedan seis meses y es pronto para hablar de fracaso”, resumía Sergio Ramos casi dos horas después del final del partido. Fue el último en pasar por la zona mixta del Bernabéu. El Madrid perdió 0-4 contra el Barcelona. En casa, ante su público. Si el capitán no habla de fracaso, sí lo hacen los aficionados. Anoche fueron varias las pañoladas, los pitos a los jugadores –por mucho que la megafonía quisiera taparlos subiendo el volumen- y los gritos de “Florentino, dimisión”.
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