De los días 27 a 29, es decir, del viernes al domingo, Bélgica y Gran Bretaña se medirán en Gante por el título de la Copa Davis. La primera disputará la final 111 años después —la última y única que disputó fue en 1904—, mientras que la segunda ansía su décima Ensaladera, cetro que no obtiene desde 1936 y por el que no lucha desde 1978. El duelo, inesperado en el ámbito tenístico por la flaqueza histórica del equipo belga y la discreta competitividad del británico en las últimas décadas, tendrá lugar en medio de un marco muy convulso. Alertada por la amenaza terrorista, Bélgica ha multiplicado la seguridad en todo el país y la final de la Davis no escapa tampoco a los dispositivos especiales.
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