“Han sido muy superiores. Hay que ser críticos y debemos mejorar porque nos duele esta situación”, afirmaba Vicente Iborra, uno de los hombres con peso en la plantilla del Sevilla, que acababa de mostrar sus actuales limitaciones para pelear con equipos como la Juventus. “Son fortísimos, sobre todo en defensa. No hemos podido nunca”, musitaba Monchi, director deportivo del Sevilla, sentado en un banco del aeropuerto Sandro Pertini de Turín poco antes de coger el vuelo de regreso a Sevilla. En el mismo escenario donde hace dos años se forjó este equipo campeón con la conquista de la tercera Copa de la UEFA ante el Benfica, el Sevilla fue un equipo débil, timorato y sin personalidad. Situado en las antípodas deportivas del conjunto que diseñó Emery: fuerte, competitivo, rápido y mortal al contragolpe. Este Sevilla, por el momento, no está para retos como el de asaltar el feudo del campeón de Italia, una Juventus que a pesar de que no se encuentra en un buen momento fue muy superior. A los que mandan en el Sevilla no dolió la derrota en sí, algo lógico cuando se visita al subcampeón de la competición. Sí mucho más las formas, propias de un equipo en plena crisis y con el traje de rival pequeño y poco competitivo. De hecho, transcurridos tan solo dos meses de curso, el Sevilla acumula ya cinco derrotas en todas las competiciones que ha disputado (Supercopa de Europa, Liga y Liga de Campeones), casi la mitad de las 11 que padeció en el gran ejercicio de la pasada campaña, donde batió su registro de puntos en Liga (76 puntos).
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1Vpl9mu
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire