Corría el año 1999 cuando Lionel Messi estaba a punto de dejar las categorías inferiores de Newell’s Old Boys para emprender su camino a Barcelona. Su último partido, sin embargo, lo arrancó en el banquillo. “Estaba medio enfermo”, recordaba su entrenador, Ernesto Vecchio. Y, cuando parecía que su despedida se teñía de amarga (el equipo rosarino perdía por 1-0), lo llamó el entrenador: “Entra y gáname el partido”. La Pulga saltó al campo: asistencia y gol. Fue su diana 55 de la temporada, la 234 con la camiseta de Newell’s. Un dato irrelevante hasta el domingo, cuando el argentino firmó un triplete ante el Deportivo. Entonces, una multitud de datos coparon las redes sociales: Messi había alcanzado su gol número 1.000. Un club exclusivo que solo comparte con Pelé (1.284) y Romario (1.002).
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2KCRlQI
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire