Cuando una etapa termina en el centro antiguo de ciudades antiguas en colinas hermosas, allí aparece Tim Wellens, que no aguanta a Alejandro Valverde , pero intenta correr como el murciano. El ciclista belga, que el jueves cumple 27 años, calculó perfectamente su ataque en los últimos metros de la empinada ascensión al Caltagirone viejo, al pie de la escalera, para ganar la etapa definida como la del barroco siciliano, por la cantidad de viejas iglesias de fachadas curvas y rebuscadas que se pudieron ver durante el recorrido por la quebrada Sicilia interior, y sus carreteras también barrocas, sin un metro de rectitud ni de planicie, estrechas, de mal firme y peligrosas. El Giro en estado puro en el que sigue mandando el australiano Rohan Dennis, quien entró con un grupo principal del que se descolgó peligrosamente el inglés Chris Froome. El máximo favorito para la victoria no aprecia como se merecen los finales en repechos explosivos, que exigen una fuerte descarga de energía aparte de colocación y habilidad, y cedió un significativo puñado de segundos. Exactamente, 17 con Doumolin y Pinot, y queda a 57 del holandés en la general.
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