mardi 5 septembre 2017

Pablo Carreño se agiganta ante Schwartzman

Es el triunfo de la discreción y del trabajo, del buen hacer y de ese tenis que no ocupa la primera plana, pero que al fin y al cabo es la esencia del tenis, porque lo de los Federer, Nadal y compañía son casos sencillamente extraordinarios. Es el fruto de muchos años de dedicación y maduración, de una cocción a fuego medio que al final está dando el resultado deseado, porque Pablo Carreño ya está aquí, haciendo ruido y situado entre los más fuertes del circuito. Las semifinales de Nueva York (6-4, 6-4 y 6-, en 1h 59m) constatan un crecimiento constante y el gran estirón del asturiano, en el que hay depositadas muchas esperanzas una vez que la vieja guardia dé un paso a un lado.

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