Joan Mir, ocho victorias en su casillero, sigue trabajando con la calma del mejor labrador en su primer título Mundial. Lo hace a base de triunfos, de primeros puestos habitualmente certificados en últimas vueltas propias de una categoría, Moto3, en la que a menudo pelean por subirse al podio hasta una docena de pilotos. Pero casi siempre acaba ganando el mismo. Un mallorquín de 20 años que debutó hace un año, se impuso en Austria, subió otras dos veces al podio y empezó el curso de 2017 con una madurez deportiva que todavía resulta sorprendente.
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