En un sábado multipantalla, de esos que dividen el foco y obligan a mirar en diferentes direcciones de forma continuada, el tenis español vivió las dos caras. Por la mañana, antes de sentarse en la mesa, la mala, porque Garbiñe Muguruza cedió en las semifinales del torneo de Birmingham contra la australiana Ashleigh Barty (3-6, 6-4 y 6-3); y por la tarde, en Queen’s ya, llegó la buena nueva, porque Feliciano López pudo con Grigor Dimitrov (7-5, 3-6 y 6-2) y por lo tanto disputará su segunda final en el estrecho margen de siete días.
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