Con la fiesta alemana de fondo iban desfilando uno tras otro los jugadores de España hacia el autobús rumbo al hotel. Cabizbajos y con ganas poco más que para coger el avión rumbo a Madrid, ni uno solo de los que pasó por la zona mixta o la rueda de prensa del estadio de Cracovia dejó de lamentarse de la primera parte de una final en la que Alemania desdibujó a La Rojita. "Hemos regalado los primeros 45 minutos, teníamos que haber salido más fuertes. Quizás teníamos que haber presionado más arriba o haber jugado con más agresividad y confianza con la pelota. Cuando un equipo como el nuestro no tiene la posesión sufrimos mucho", reconoció el capitán, Gerard Deulofeu.
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