El Bernabéu acogió el último partido de 2015 en horario de trabajo y en día laboral. Algo insólito que responde a la programación de una Liga que busca abrir mercados en el Lejano Oriente sin cuidar a los clientes locales. Porque los abonos anuales más caros de España se pagan en Chamartín, más de 1.800 euros, solo por el campeonato liguero en un estadio donde este miércoles numerosos socios madridistas se quedaron sin poder disfrutar de sus localidades para ver el duelo con la Real. Al aforo le sobraron unos 15.000 bancos. Según la cuenta oficial, ingresaron 69.896 personas.
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