En Hawái las televisiones de los bares emiten surf como las de Europa fútbol o rugby. Los fanáticos jalean cada ola bien tomada y se encrespan si las puntuaciones de los jueces no son las que ellos consideran. Allí los surfistas son tratados como auténticos ídolos. Si el brasileño Gabriel Medina sale del agua tras completar una manga, varios niños van a rodearle para conseguir el premio de chocar su mano, pasa lo mismo con el hawaiano John John Florence, y la imagen del archicampeón Kelly Slater aparece de reclamo de varias marcas.
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