Vayan abriendo paso. A Odegaard hay que dejar de mirarlo como una promesa. No hace falta ver más: es un producto terminado. Tiene despliegue, criterio futbolístico, capacidad para clarificar las jugadas con pases filtrados, regate, tiro de media distancia. Un talento múltiple, práctico y atractivo. Cuando digo que no le vendría mal un año más en la Real Sociedad, no lo hago porque descrea de su madurez, sino porque en estos momentos a la plantilla del Madrid le sobran recursos. El contexto no le ofrece garantías para ganarse la titularidad. Cuando la plantilla, por razones de programación y de edad, se despeje de los competidores de gran prestigio que tiene en estos momentos, Odegaard podrá llegar con los honores que merece un crack de su condición. En la espera y con su juventud, mejor jugar 50 partidos con la Real que esperar sentado en el Madrid.
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