Nada restaña heridas en Sudáfrica como el rugby, pero sus cicatrices continúan. La nación arcoíris necesita otra catarsis como aquella tarde de 1995 en la que los Springboks sorprendieron a Nueva Zelanda en su Mundial. Repitieron título en 2007 ante Inglaterra, que portará el cartel de favorita en el duelo decisivo de este sábado (10.00, #Vamos). Una década después, el seleccionador sudafricano, Rassie Erasmus, apela al mismo sentimiento en pos de igualar con su tercer título a los All Blacks. “Tenemos retos en nuestro país, pero el rugby puede por unos pocos minutos, horas, días o incluso meses ayudar a que la gente olvide sus desacuerdos”, señaló Erasmus. Discutirá la premisa el XV de la Rosa, deseoso también de “inspirar” al país.
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