Se arrancó las botas entre malhumorado y desencajado, también abatido porque los músculos le habían vuelto a castigar. Contratiempo que no entraba en los pensamientos de Ousmane Dembélé (Vermon, Francia; 22 años) porque desde hacía tiempo que se había esmerado en ponerse a tono, hasta el punto de que en los últimos meses ha sido el único jugador de la plantilla que ha acudido a la ciudad deportiva del Barcelona todos los días de fiesta para hacer algo de rutina por la tarde. “Estaba más alegre y mejor que nunca”, le reconocen desde el club, tanto empleados como desde el cuerpo técnico; “concienciado, enchufado, con ganas de demostrar”. Pero su voluntad se quebró frente al Borussia Dortmund en el minuto 26, después de un salto y una mala caída que se convirtió en un nuevo tirón en el muslo derecho.
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