Hablar de Carol González es hablar de los valores del deporte. Por muy manidas que estén, humildad, sacrificio y superación son las palabras que vienen a la mente al charlar con esta viguesa de 27 años, que este mes recibió en Dubái el galardón de mejor jugadora del mundo de fútbol playa, semanas después de proclamarse campeona del mundo con la selección española en los Juegos Mundiales de Arena disputados en Qatar. Hace cuatro años dio sus primeros pasos en ese deporte y hace seis trabajaba a pie de obra en una empresa de construcción en Galicia. González, con los pies en la tierra tan firmes como en la arena, domina el arte de compaginar: además de practicar el fútbol playa, milita en el Málaga de Segunda División, es aparejadora y tiene el carnet para conducir autobuses.
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