A Oriol Servià (Pals, 42 años) la resaca de las 500 Millas le duró, al menos, 24 horas. Resaca es la palabra que él mismo usa para describir el cuerpo que le dejó la carrera que, por un momento, pensó que ganaba: “La típica resaca de carrera sin terminar”, puntualiza el piloto catalán, que tuvo que abandonar la cita de la Indycar tras tocarse con Davidson en un embrollo en el que se quedaron fuera tres pilotos más. Eso pasó a 17 vueltas del final e iba séptimo, justo cuando se relanzaba la carrera tras la bandera amarilla provocada por el abandono de Alonso. Las 500 Millas se deciden en esas vueltas que no pudo dar. Hasta ese momento, Serviá había mostrado una actuación muy poderosa en términos de velocidad y con un recital de adelantamientos por fuera.
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