La pasada semana, Eufemiano Fuentes por fin respiró tranquilo. Después de un año de pelea judicial, conducida con tenacidad y arrojo, al final había conseguido que el juez resolviera a su favor: nadie podría ya identificar las bolsas de sangre. La Operación Puerto había sufrido su derrota final. Los enemigos del médico deportivo canario, absuelto de un delito contra la salud, admitieron el resultado bajando los brazos.
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