En medio de la euforia, con la Caja Mágica a sus pies, Rafa Nadal, bañado en confeti, decidió refrescar su gaznate con el champán de los ganadores. Lo hizo, eso sí, utilizando la recién adquirida ensaladera, la sexta de España, como recipiente. Bebió él y bebieron todos los demás miembros del equipo, como si se tratase de una especie de bautismo de gloria. No en vano, cada uno de uno de ellos se ganó el derecho al sorbo, pues la española ha sido la única selección que ha utilizado a sus cinco tenistas durante algún tramo del torneo.
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